Como ya es tradición, el final de la temporada de esquí de montaña nos gusta que sea por todo lo alto y rodeados de paisajes alpinos. Un Mont Blanc express en junio con los esquís en los pies, es una actividad que cualquier apasionado a la montaña, ya sea con esquís o botas de alpinismo, tiene en la agenda.
Nos vamos al Mont Blanc pasado mañana? Parece que las condiciones pueden ser buenas. Propuestas indecentes que nos ponen a cien y te cargan de adrenalina al segundo. Por suerte tenemos sitio en el refugio de Grands Mulets, así que solo falta que la meteorología y el físico estén a la altura y sean el mejor aliado.
La idea es clara, el sábado 30 de mayo, después de cerrar la tienda (sobre las 21:00), cargamos el coche con todo el material y salimons Xevi y Uri dirección Grenoble, dónde nos espera el tercer compañero, Nacho, para recogerlo y unirse a la aventura. Después de unas ocho horas de paliza llegamos a la catedral, Chamonix, para coger el teleférico de l’Aiguille du Midi por la mañana. Bajamos a la intermedia (Plan de l’Aiguille) y sin tiempo que perder emprendemos camino del refugio de Grands Mulets. La primera jornada es una actividad suave, ya que se realiza en unas tres horas aproximadamente y la mayor parte del terreno es poco exigente. No obstante, la cara norte-oeste de l’Aiguille du Midi asusta y más en estas fechas que los desprendimientos de seracs son constantes. Hacemos el flanqueo rápido y en la Junction (inicio del Glacier du Bossons) nos encordamos atendiendo las numerosas grietas y el terreno más bien blando y descompuesto. Afrontamos algunos pasos comprometidos pero asequibles y acabámos remontando las dos últimas palas hasta el refugio.
El día se empieza a poner feo y decidimos poner el material a secar y dejarlo todo a punto para la jornada clave. A las 00:30am saldremos. La ruta escogida es la que va por encima los seracs dirección el Dome de Gouter, ya que la directa que pasa por le Petite Plateau i el Grand Plateau esta demasiado peligrosa. Comemos un fantástico arroz con un poco de carne, una sopa caliente y un flan. 4 horas de relajación en la cama (imposible dormir con el subidón de adrenalina) que pasan lentas, muy lentas con el deseo de arrancar que no cesa. Somos los primeros en salir, junto a otro grupo de 3 catalanes.
Cogemos buen ritmo y des de un principio vamos encordados por lo que pueda ser, la arista de la Dome de Gouter esta llena de sorpresas y somos los primeros en abrir huella iendo en algunos por intuición. La subida es larga y mantenida aunque pronto coge más pendiente y obliga a cambiar los esquís y las cuchillas por los crampones. Hay rehielo y el terreno no está para jugársela.
Alrededor de las dos empiezan a salir la mayor parte de cordadas, pero nosotros a lo nuestro, seguimos flanqueando la zona de los seracs, éste año des de arriba ya que el año pasado cogimos la ruta directa por el Petit y el Grand Plateau.
Conforme avanzamos y cogemos altura el viento se hace notar y la sensación térmica es realmente baja. Con las primeras luces, la panorámica es de ensueño: a la vista el Dome du Gouter, la norte del Mont Blanc, Mont Maudit, Mont Blanc du Tacul, la arista des Cosmiques con el refugio, Aiguille du Midi y las villas de Argentiere y Chamonix a nuestros pies. En el primer plano, después de más de mil metros positivos decidimos montar esquís, desencordarnos, recuperar fuerzas y afrontar una larga travesía con suave subida que nos lleva a los pies del vivouac Vaillot. La paliza inicial y la falta de aclimatación empiezan a ponerse en juego.
Somos conscientes que hemos hecho lo menos entretenido, pero ahora nos queda la parte más exigente, dónde la cabeza dictará senténcia.
El día no es malo, pero se entrevé un viento realmente violento en la arista que pondrá las cosas muy difíciles y hará bajar mucho la sensación térmica.
Finalmente, llegamos con los esquís al refugio vivouac Vaillot. El terreno que lo envuelve es hielo puro y las ráfagas de viento hacechan todo lo que hay fuera. Entramos a descansar, reponer fuerzas y hacer una valoración del conjunto para tomar la decisión más acertada. Hay tres cosas claras: Xevi está tocado, con evidentes síntomas de mal de altura sumados al frío; Nacho ha roto un crampón y no hay manera de repararlo; si nos metémos a la arista final, será una tortura hasta la cima, ya que los remolinos de vientos se ven de inicio a fin. Además, la cara norte muestra un aspecto brillante como un mármol recién estrenado. Cuatro cientos metros nos separan de la cima del Mont Blanc, entre hora y media y dos, pero hoy parece que no es el día. Vários grupos se aventuran, pero nadie con los esquís en la espalda creo. Xevi se recupera y decidimos que vale más pájaro en mano que ciento volando, y la bajada por el Grand Plateau nos regala nieve polvo y unos giros impresionantes. El primer tramos es excepcional, pero la parte final hasta el refugio de Grands Mulets es una odisea, con nieve dura y un terreno muy irregular rompe piernas. Es temprano y aúnno ha transformado en las partes bajas.
Una vez en la Juction, cruzamos la zona de grietas y flanqueamos l’Aiguille du Midi con los esquís hasta que empieza el terreno rocoso … que no es poco! Menuda pateada a pleno sol nos espera. Con paciencia y poniendo y quitando esquís más de cuatro veces llegamos al Plan du l’Aiguille, no si un par de sustos en forma de seracs que bajan en los corredores oeste y la Mallory. Nos esperan ocho horas de viaje para mañana estar al pie del cañon en el trabajo.
Venir de visita a la catedral siempre es un placer, una lástima que no pueda ser más a menudo.
Tracks de las dos jornadas:
1. Plan du l’Aiguille – Refuge des Grands Mulets
https://connect.garmin.com/modern/activity/791884207
2. Refuge des Grands Mulets – Vivouac Vaillot
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